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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Sobre estar solo

SAwabona…Sobre estar solo



No es solamente el avance tecnológico lo que marcó el inicio de este milenio, las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto de Amor.

Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la cual exista individualidad, respeto, alegria y placer de estar juntos; y no una relación de depe

ndencia en la cual uno responsabiliza al otro por su bienestar.

La idea de una persona que es el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo seguramente desaparecerá en este principio de siglo.

El Amor Romántico parte de la premisa de que somos una fracción y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.

Muchas veces se produce un proceso de despersonalización que, históricamente, es protagonizado por la mujer. Ella abandona sus características para amalgamarse al proyecto masculino.

La teoría de atracción entre opuestos, también viene de la misma raíz: tiene que saber hacer lo que yo no sé, si soy manso él debe ser agresivo, y así todo lo demas. Una idea práctica de supervivencia y poco romántica.

Estamos cambiando el Amor de la necesidad, por el Amor del deseo. El gusto y el deseo por la compañía, y no por la necesidad, que es muy diferente.

Como el avance tecnológico, que exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo de quedarse solas, y aprendiendo a convivir mejor consigo mismas. Ellas estan comenzando a percibir que se sienten fracción, pero son enteras.

El otro, también se siente una fracción. No es príncipe ni salvador de nada, es apenas un compañero de viaje.

El hombre es un animal que va cambiando al mundo, y después tiene que irse reciclando, para adaptarse al mundo que fabricó.

Estamos entrando en una era de individualismo, que no tiene nada que ver con egoismo. El egoísta no tiene energía propia, él se alimenta de la energía que viene de otro, sea financiera o moral.

La nueva forma de Amor tiene nuevo significado:

es el complemento de 2 enteros, y no la unión de 2 mitades. Y ésto solo es posible para aquellos que consiguieran trabajar su individualidad.

Cuanto más competente es el individuo para vivir solo, más preparado estara para una relación afectiva.

La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso, al contrario, da dignidad a la persona.

Las buenas relaciones afectivas son óptimas, son muy parecidas a estar solo, nadie exige nada de nadie y ambos crecen.

Relaciones de dominación o de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado.
Cada cerebro es único. Nuestro modo de pensar y de hacer no sirve de referencia para nadie
Muchas veces pensamos que otro es nuestra alma gemela y, en verdad, lo que hicimos fue inventárnoslo a nuestro modo.

Todos deberíamos quedarnos solos de vez en cuando, para establecer un diálogo interno y descubrir nuestra fuerza personal.

En soledad, el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu solo pueden encontrarse dentro de él mismo, y no a partir de otro. Al percibir eso, él se torna menos critico y más comprensivo con las diferencias, respetando la manera de ser de cada uno.

El Amor de 2 personas enteras es mucho más saludable.

En este tipo de relación se da el placer de la compañia y el respeto por el ser amado.
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces necesitas aprender a perdonarte a ti mismo.

SAWABONA:

es usado en el sur de África, quiere decir:

"yo te repeto, te valoro, eres importante para mí!"

Como respuesta dicen:

SHIKOBA, que es:

"Entonces, yo existo para tí"


Flávio Gikovate, médico psicoterapeuta.

martes, 7 de agosto de 2012

El Consultor Psicológico

EL CONSULTOR PSICOLOGICO







El Consultor Psicológico, o Counselor, de orientación

humanística es un profesional no universitario, que 

se dedica a facilitar el despliegue de algunas 

potencialidades y capacidades humanas, asesora 

para promover cierto tipo de cambios, y 

transformaciones que permitan un adecuado 

desarrollo de la persona.






lunes, 30 de julio de 2012

EL VICTIMISMO: LA COSTUMBRE DE CULPAR

Cada día en cada decisión, las personas asumen una entre dos posiciones, que dan curso a lo que será su éxito o su fracaso: vivir como responsables o vivir como víctimas., es decir, culpar a otros de lo que les sucede o asumir que lo que recogemos se debe a lo que sembramos. Siga leyendo. Por razones de biología, los humanos, tenemos recursos que nos permiten relacionarnos con el mundo de manera muy particular. Cuatro de esos recursos cuya forma de utilización afectan nuestra vida en distintas áreas, son: el lenguaje, la interpretación, la memoria y la imaginación. Detallemos:

El lenguaje, se aprende en sociedad, está limitado por la forma de cultura que aprendemos y nos permite darle nombre a personas, objetos y situaciones. Si no disponemos de un nombre para expresar situaciones o experiencias podemos sentirnos confundidos. También el lenguaje nos permite usar esos nombres asignados para describir lo que experimentamos, aunque las describamos prejuiciado por aprendizajes previos. La interpretación la hacemos con pensamientos o verbalizaciones y consiste en darle sentido racional a las cosas, opinar sobre ellas, descifrar lo que significan en nuestro código personal.

En cuanto a los otros dos recursos, la memoria y la imaginación, diremos que la memoria, facultad superior vinculada al cerebro, nos permite almacenar y recordar experiencias e interpretaciones, mientras que la imaginación sirve para pensar en lo que no existe y visualizar cómo será o sucederá.

Estos cuatro recursos los usamos para conformar una opinión compleja acerca de nosotros, que conocemos como la autoimagen, base, por cierto, de toda nuestra actuación social. Esa autoimagen surge de acuerdo con la forma como hemos sido tratados, lo que hemos experimentado, como hemos interpretado nuestras experiencias y las consideraciones que hacemos sobre lo que podemos o no, hacer, lograr y disfrutar. Se habla de autoimagen negativa o positiva, si la manera de percibirnos es favorable o desfavorable, lo cual repercute en toda nuestra autoestima.

Esa autoimagen la fortalecemos y protegemos férreamente, la mayoría de las veces sin notarlo, a través de varios mecanismos de defensa entre los cuales mencionaré únicamente el de proyección. La proyección, concepto utilizado en principio por Sigmund Freud, sugiere que las personas recurren a la estrategia mental de colocar afuera, en el mundo exterior, algo que realmente les pertenece o es creación. Es una operación mental a través de la cual la persona se niega a responsabilizarse por una experiencia o situación causada o vivida por ella, y la coloca como causada por otras personas o cosas. Aquí, se da origen, cuando se hace habitual, a lo que podríamos denominar la personalidad de víctima.
La personalidad de víctima o el victimismo, consiste entonces en defenderme de posibles situaciones de malestar, a través del no reconocimiento y proyección externa (hacia otra persona o cosa) de determinada situación. Si una persona llega tarde al trabajo, dirá que la causa es el tránsito automotor, la lluvia, alguna otra persona o cierta eventualidad. No pensará que la tardanza se debe a que no se organiza, a un hábito que no ha notado que tiene, al mal cálculo del tiempo, o a una protesta metafórica que hace contra el jefe, el trabajo o la empresa.

domingo, 29 de julio de 2012

Algunos síntomas de abuso emocional

¿Podemos ser nosotros mismos, o tenemos que ser alguien diferente para complacer a la otra persona?
Algunos síntomas de abuso emocional o una relación potencialmente abusiva pueden ser los siguientes:

§ Sentimos que no podemos hablar abiertamente con la otra persona acerca de las cosas que nos molestan.
§ Tememos cuál pueda ser su reacción si queremos hacer valer nuestros derechos.
§ Sentimos que necesitamos el permiso o la aprobación de la otra persona para tomar decisiones o hacer lo que queremos hacer.
§ La otra persona critica, humilla, se burla, o juzga permanentemente a los demás.
§ La otra persona nos ridiculiza cuando expresamos lo que sentimos o necesitamos.
§ La otra persona nos aísla de los demás, invade nuestra privacidad, tiende a ejercer un control desmedido sobre nosotros o es posesiva.
§ Nos limita nuestro acceso al dinero, la independencia laboral, profesional o vocacional, o incurre en deudas que uno tiene que terminar pagando.
§ Interfiere constantemente en nuestra relación con los demás diciéndonos lo que debemos hacer (cómo criar a nuestros hijos, cómo hablar con nuestro jefe, con qué amistades podemos relacionarnos, etc.)
§ Nos sentimos “atrapados” en una relación.
§ No nos sentimos valorados, aceptados, ni respetados.
§ Nos sentimos obligados a hacer cosas que los demás nos exigen.
§ Sentimos temor a no encontrar algo mejor.
§ La otra persona nos hace sentir en deuda.
§ Pensamos que la otra persona no podrá vivir sin nosotros o que nosotros no podremos vivir sin ella.


Estas son algunas señales de dependencia emocional que nos indican que se está viviendo en una situación o relación de abuso emocional.

domingo, 8 de julio de 2012

Carpe Diem


Aprovecha el día. No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario... No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo... Somos seres humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia... Pero no dejes nunca de soñar, porque sólo a través de sus sueños puede ser libre el hombre. No caigas en el peor error, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes... No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante... Vívela intensamente, sin mediocridades. Piensa que en ti está el futuro y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo. Aprende de quienes pueden enseñarte... No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas...

Walt Whitman

lunes, 21 de mayo de 2012

Dicen que las alegrìas cuando se comparten, se agrandan

Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años
de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más
que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de
aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos.
Por eso, no debiéramos tenerle miedo
 al sufrimiento ni al tan temido
fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.

Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de
nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo
del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé
desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el
poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para
poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender
todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres
cosas:
-a aprender a amar
-a dejar huella
-a ser felices

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y
creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

-Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El
trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace
bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto
como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio
de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de
nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,....... para dormir tenemos
siglos después.

-Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que
ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra
libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente
agotados y así poder amar más y mejor.

-El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de
voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar
gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y
tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores,
saludar a los guardias, a los choferes de las micros, sonreír por lo
menos una o varias veces al día. Querernos.

Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que
haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden
que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos
se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir
adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de
ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver
con la inteligencia espiritual.

Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los
juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con
amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro
de nuestras familias.

Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo
habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas,
pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no,
no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD
con la cual enfrentemos lo que nos toca.

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.
Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y
mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.

MAMERTO MENAPACE monje benedictino y escritor

martes, 27 de marzo de 2012

¿Còmo nace un paradigma?

¿Cómo nace un paradigma?
Un grupo de científicos ubicó cinco monos en una jaula, en su centro pusieron una escalera y, sobre ella, colgaron racimos de bananas. Cuando un mono subía por la escalera para agarrar una fruta, los científicos hacían llover agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Con la repetición de este hecho, los monos fueron dándose cuenta de la relación causa efecto que había
entre la subida a la escalera y la lluvia. Cuando alguno subía, llovía. Es así que, para evitar la molesta agua fría, comenzaron a impedir la subida a cualquier mono que quisiera alcanzar una fruta.
Pasado algún tiempo, ya ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación que les generaban las bananas. Entonces, los científicos fueron mas allá sustituyendo uno de los monos. La primera cosa que hizo el recién llegado fue subir la escalera en busca de su alimento, siendo rápidamente reprimido por los otros. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido y le ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Uno a uno, los monos que habían conocido la lluvia fría fueron siendo sustuídos por otros que se adaptaban rápidamente a las reglas del entorno quedando un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, seguro la respuesta sería: “No se, las cosas siempre se han hecho así, aquí…”
¿Te suena conocido?